miércoles, 27 de febrero de 2008

Paisajismo Ecuatoriano

Por: Galo Goyes
Todos los ecuatorianos tenemos un país que nos brinda variedad de cosas es por esta razón que como hijos de esta patria debemos conocerla y apreciarla en toda su grandeza para aprender a valorarla y cuidarla por que Ecuador hay uno solo y es nuestro.

Para hablar del paisajismo ecuatoriano, primeramente quiero resaltar el realismo que se ve en los cuadros de Rafael Troya ya que muestra como es el oriente en sí de una forma muy parecida a la realidad. Pero igual, por parte del mismo pintor se ve el surrealismo porque ha hecho cuadros donde nos brinda una variedad de paisajes sin él conocerlos; la genialidad del autor al momento de pintar algo que no conoce se ve claramente en los detalles, incluso nosotros si nos fijamos en una escena cotidiana de nuestras vidas no podríamos acordarnos de todas esas pequeñisimas cosas que forman ese entorno.

Las obras que me llamaron la atención fueron tres: A la costa, la Emancipada y Cumandá. Cada uno de ellas encuentro una relación con los cuadros que he podido observar ya que en cada una de ellas hay descripciones de la región litoral, de la región interandina y de la región amazónica respectivamente. Vemos que el paisajismo ecuatoriano no solo esta relacionada con la palabra paisaje literalmente hablando sino que hay una estrecha vinculación con la literatura.
En lo que respecta a otro pintor digno de resaltar es al fracés Ernest Cherton, que al ser víctima de un naufragio llega a las costas de Ecuador bueno principalmente al puerto de Guayaquil, esto se puede ver claramente en sus obras por que muchas de ellas tienen relacón íntima con esta ciudad. Lo que Cherton nos quiere comunicar son todas las tradiciones y costumbres que tenían esos habitantes ya que en uno de ellos se observa a personas que están en sus canoas y con sus redes trantando de pescar, otras caminando cerca del puerto, etc. Todas estas son actividades que incluso hasta nuestros días se las puede ver, con tan solo detenernos un momento en su muelle.
Son estas pequeñas cosas que nos hacen dignos de una riqueza incalculable, después de toda esta exposición me sentí mas ecuatoriano por que al mismo tiempo que aprendí pude valorar todo lo que tiene nuestro Ecuador. Sus paisajes, sus devociones, la fotografía, las muchas peregrinaciones que se dan en las diferentes provincias del país, son un sin fin de tradiciones que con el paso del tiempo han ido tomando otro matiz por la evolución que siempre es necesaria e indispensable que aunque uno no quiera siempre se da.

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